Muy buena respuesta, lilith.
Coincido contigo en que la nieve se les pega en el pelo, aunque, a estos efectos, da lo mismo que sea mini, mediano o gigante.
En mis paseos por la montaña (siempre en altitudes inferiores a los 2000 metros) me han pasado varias cosas, entre las que destaco ésta: un día mi schnauzer miniatura se me voló; sí, sí, con esa curiosidad innata suya se asomó al filo de una roca que acababa abruptamente y una ráfaga de viento la empujó hasta hacerla caer, cosa que, seguramente, no le habría pasado a un mediano o a un gigante.
Ilustro este comentario con mi gigantona sometida a fuertes vientos y bien asentada sobre el terreno en la cumbre del Pico Dobra (en Cantabria), jejejeje:
Pues bien, mi miniatura intrépida cayó en un matojo de jaras que había tres o cuatro metros más abajo y, aparte del susto, una pequeña herida que se hizo al clavársele una rama y una hernia sin importancia que se curó enseguida, vivió trece años más plenos de felicidad y experiencias. Pero, claro, me la tuve que bajar metida dentro del abrigo, lo que, gracias a sus seis kilos, no representó un gran problema.
Si la excursión es de varios días, llevar comida y agua para el mini no es muy gravoso, y tampoco hacerle un hueco en nuestra tienda de campaña. Seguramente, en un hotel de montaña o un tren o autobús serán más permisivos con un mini que con cualquier otro tamaño.
Por otra parte, si hay nieve enseguida le cubre las patas enteras y se queda bloqueado.
Como ves, martaperica, hay ventajas e inconvenientes; pero lo que sí te diremos casi todos los que estamos por aquí es que el schnauzer miniatura es un perro duro, fuerte y deportista que aguanta tanta o más marcha que perros más grandes.
Suerte con tu elección!
Saludos,
MacGuffin.