Hola a todos,
Por supuesto que contratar a un adiestrador canino es lo más cómodo, fácil y aconsejable, pero también hay que recordar que sin duda alguna es la opción más cara y no todos los bolsillos alcanzan determinados presupuestos. Si te decides por acudir a un adiestrador, recurre siempre a un profesional cualificado; que “peritos duchos en el tema” en los parques abundan, claro que luego pasa lo que pasa…
En cuanto al tema de los collares de ahogo, haltis, arneses, etc… pues decir que son sin duda alguna más económicos y fáciles de usar (a simple vista) pero la efectividad de los mismos no es tan alta como nos la venden. Muchos de ellos a los cuatro días se van a la basura o al trastero porque el perro no camina cuando se lo colocas, porque intenta quitárselo constantemente y hace del paseo una tragedia, etc… Este tipo de utensilios requieren una formación paralela con un instructor para su buen uso y así conseguir de forma fácil y sana nuestro objetivo. Y digo sana, pues estos accesorios mal utilizados pueden generar lesiones físicas importantes.
Otra opción, y mi recomendación, es la de estructurar los paseos (primero lo indispensable: pis vs kk

, luego paseo, un poquito de juego intenso, caminata de vuelta a casa y a comer) e interactuar constantemente con el perro para conseguir esa complicidad que haga de las salidas con nuestro amigo algo maravilloso. Lo explico respondiendo un poco a mapef:
“…En casa es obediente, nunca me ha roto nada, no ladra, y es muy bueno. El problema viene al salir de casa. Primero tiene muchisima energía”
Es normal, el schnauzer es un perro con mucha energía y necesita quemarla. Lo bueno de esta parte es que el perro sabe cuando ha de quemarla: en el paseo. Y que en casa, como bien dices, se comporta correctamente sin desencadenar conductas ansiosas como romper cosas, morder muebles, ladrar constantemente, etc…
“…se pone muy nervioso ya cuando ve que me pongo el abrigo simplemente…”
En este punto ya deberías de hacer la primera corrección, tienes que transmitirle la idea de que para salir de casa es necesario estar relajado. Esto es, hasta que no se relaje no se abre la puerta. Una vez que se relaje, le colocas el collar y la correa (NUNCA ESTENSIBLE, una correa de 1,5m más o menos es la ideal) y sales siempre tú primero de casa (él detrás de ti), de esta manera estás liderando ya desde el principio el paseo.
“…intento llevar la correa corta y decirle todo el tiempo "juntos" pero tira sin parar, hasta que me canso y la alargo…”
Esta situación te agobia a ti y a él; y ceder extendiendo el flexi no es lo correcto. La correa durante el paseo ha de estar floja (así tú tienes un margen y él también). ¿Conseguirlo? Pues bien, al menos hay que intentarlo. La idea de que tirando va a conseguir llegar a su objetivo (otros perros, jardines, etc…) es la que tienes que intentar borrar de su cabeza y no va ser labor fácil ya que esto se les enseña inconscientemente cuando son cachorros. Me explico, normalmente cuando se pasea un cachorro, por su reducido tamaño y peso, no es tan molesto llevarle de un lado a otro ya que con un simple tironcillo de correa se consigue. De la misma manera, él aprende que cuando tira hacia algún lugar nosotros le seguimos y lo consigue, ya que como es cachorro hay que dejarle que investigue un poquito y entonces somos nosotros quien le seguimos sucumbiendo así ante su voluntad… De esta manera, para él, la correa se ha convertido en un elemento del que “si tiramos, nos lleva a donde queremos”. Para cambiar esto hace falta voluntad, rigor y constancia. En cuanto emprendas el paseo hay que intentar, siempre de forma segura, que el perro decida donde quiere ir (fijémonos hacia donde huele, mira, etc…) y acompañarle relajado y con la correa bien asida (nunca tensa) hasta ese lugar. Si tira, te detienes unos segundos, de esta manera no puede llegar a donde ansía. Si una vez reanudada la marcha sigue tirando, te detienes un plazo de tiempo superior al anterior y después cambias el sentido de la misma privándole así de llegar a ese lugar una vez más. Con el tiempo comprenderá que sólo si camina con la correa floja seguirá la ruta deseada. Por supuesto, marca tú también tus objetivos y dirige el paseo a ellos recordando siempre tu posición de liderazgo pero intentando hacer del paseo algo agradable para ambos.
“…Antes ladraba a algunos, pero ahora es a casi todos. Se pone histérico... y asusta a la gente ya que piensan que es un perro agresivo cuando es todo lo contrario…”
Si consigues llevarlo relajado sin que tire de la correa notarás también bastante mejoría en este aspecto.
En fin, perdón por el tostón, he intentado resumir lo más posible. Espero que el método que te comento te sirva de ayuda, ten en cuenta que hay que ser constante y que esto no se soluciona en cuatro días, probablemente te lleve meses conseguirlo.